Nuestra Historia

Un movimiento empieza

En los Estados Unidos de América, el anhelo de mujeres católicas para convertirse en sacerdotes movió a Mary B. Lynch a preguntar a la gente en su lista de tarjetas navideños de 1974 si pensaban que era tiempo pedir públicamente, “¿Deben mujeres católicas ser sacerdotes?”
Treinta y una mujeres y un hombre respondieron con un “¡Sí!” resonante.

La fundación de Women’s Ordination Conference (WOC) también fue catalizado por las decisiones de ordenar a mujeres dentro de otras comuniones cristianas en las décadas de los 1950, 1960 y 1970: La Iglesia Unida de Cristo, las Iglesia Metodista y Presbiteriana, y, con el impacto más directo, la Iglesia Episcopal USA.  En 1974, once mujeres episcopales fueron “irregularmente” ordenadas sacerdotes.

Casi inmediatamente después de las tarjetas de Lynch, armados con el documento del Concilio Vaticano II Gaudium et Spes, católicos estadounidenses defensores de la ordenación de mujeres, ambos mujeres y hombres, muchos de ellos eruditos de las Sagradas Escrituras como el difunto Carroll Stuehmueller, empezaron a planear lo que pensaban sería una reunión nacional pequeña para gente de ideas afines, una conferencia de la ordenación de mujeres (Women’s Ordination Conference) en Detroit, Michigan.  Ésta fue organizada bajo los auspicios de Priests For Equality (PFE), sacerdotes para igualdad, una organización fundada por William Callahan, SJ.  La carta de PFE pidió la ordenación de mujeres, y como resultó, la respuesta de católicos por el país fue aplastante.  Con espacio solamente para 1,400 personas, casi 2,000 se reunieron en Detroit el fin de semana del Día de Acción de Gracia de 1975, y de ahí nació Women’s Ordination Conference.

El año siguiente, WOC fue establecido como una entidad distinta con la misión específica de avanzar la causa de la ordenación femenino al sacerdocio Católico Romano.  Para continuar el ímpetu de la conferencia, una comisión central de diecinueve mujeres se hizo el círculo del liderazgo de WOC.  El 30 de junio de 1977, WOC fue incorporado en el Distrito de Columbia por William Callahan, Dolores (Dolly) Pomerleau, Maureen Fiedler, Elizabeth Campbell y Ruth Fitzpatrick, quien fue
contratada como directora para abrir la primera oficina en el vecindario Mount Pleasant en Washington, D.C.

En 1976, antes de la incorporación de WOC, el Papa Pablo VI publicó Inter Insignores, que declaró que el Vaticano “no está autorizado”
admitir a mujeres al sacerdocio.  WOC ya tenía mucho trabajo por delante.  La nueva oficina de WOC coordinó inmediatamente protestas litúrgicas por el país en los grandes catedrales.  Tal acciones caracterizan a WOC por toda su historia.

WOC empezó a desarrollar programas para luchar proactivamente para la ordenación de mujeres. En 1978, el primer número de Project Priesthood (proyecto sacerdocio) fue publicado para identificar y describir las experiencias de mujeres que sintieron el llamado de Dios al sacerdocio (el segundo número fue publicado en
1985).  WOC también ayudó fundar Coalition of Women in the Church (la coalición de mujeres en la Iglesia), que más tarde cambió a Women-Church Convergence (la convergencia de mujer e Iglesia), y celebró vistas en Chicago y en Washington, D.C. sobre mujeres marginadas.{mospagebreak title= Momentos decisivos claves}

El desarrollo de la misión, momentos decisivos claves

Una variedad de eventos e influencias- momentos decisivos claves- convocaron una ampliación de la misión original de WOC. En 1975, la interpretación de la importancia de la ordenación de mujeres fue esencialmente una interpretación política.  Esta era la época de de la enmienda de la igualdad de derechos.  El documento Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II pidió “escrutar a fondo los signos de la época.“  La encíclica Pacem in Terris de Papa Juan XXIII de 1963 había señalado que las mujeres ahora estaban más conscientes de su dignidad y valía.  Buscar la ordenación de mujeres en 1975 era buscar el reconocimiento de la valuación completa de mujeres—de su igualdad en la iglesia.

Para 1978, solamente tres años después, mucho ya había cambiado.  La organización había crecido rápidamente a un número de socios sobrepasando tres mil, la mayoría de quien asistió una segunda conferencia nacional en Baltimore, Maryland en 1978.  El programa fue titulado “Es tiempo enterrar la herejía de que mujeres no pueden personificar a Jesús en el sacerdocio.”  Éste era una respuesta a la ya mencionada encíclica del Papa Pablo VI Inter Insignores: Una Declaración Contra la Ordenación de Mujeres, que estableció que mujeres no pueden personificar a Jesús y por eso no pueden ser sacerdotes.  En este momento, los defensores de la ordenación de mujeres no simplemente estaban diciendo que ordenación era necesaria para la igualdad de mujeres.  Indignado por lo que vieron como un argumento nuevo y especioso basado en teología cristiana defectuosa, respondieron con fuerza con un arranque de erudición nueva, criticando la “nueva teología” apresuradamente concebida de la encíclica.  Esta segunda conferencia en Baltimore ya estaba afirmando la necesidad para un ministerio sacerdotal.  Ésta cuestionó el fundamentalismo del sistema clerical.

Después de estar enardecido por la conferencia, un grupo de miembros de WOC recogieron cadenas rotas, manejaron a la reunión anual de los obispos en Washington, D.C. y se hicieron su presencia anunciada, a la sorpresa de los obispos.  Cámaras de televisión grabaron el evento y lo emitieron en las noticias de la noche.
Así WOC descubrió el poder de la cobertura de los medios y el valor de la rueda de prensa, que WOC continúa usar en su trabajo para igualdad y justicia para las mujeres en la iglesia.

En respuesta, la comisión de los obispos de  mujeres en la iglesia invitaron a las mujeres manifestantes a reunirse con ellos ese mismo día. Adicionalmente, el obispo Dingman se puso de pie en la reunión de los obispos y exigió un diálogo con Women’s Ordination Conference sobre el tema de mujeres sacerdotes.  En 1979, los obispos se reunieron con las mujeres de WOC y se pusieron de acuerdo en dedicarse en un diálogo sobre el tema.  Tuvieron charlas en el centro espiritual de Marriotsville cerca de Baltimore y también en Chicago.  Las charlas luego fueron descritas por Rosemary Radford Reuther como una “no-reunión de las mentes.”  “Ellos no nos quieren, ellos nunca nos querían, ellos nunca querrán que nos ordenemos,” lamentó Marge Tuite después de una sesión particularmente frustrante.  Incluso, las mujeres se fueron y boicotearon la reunión por un día.  No obstante, las charlas reanudaron y continuaron por tres años.  El impacto de estas mujeres verdaderas, vivas y sacerdotales en los obispos durante estas reuniones es inconmensurable.

Como una manera de alimentar uno al otro y mantener vivo el tema de ordenación, planearon y tuvieron conferencias varias veces por los próximos veinte años.  A finales de los años 70, la oficina y el personal movieron a Rochester, NY y empezaron a publicar los boletines NewWomen, NewChurch, que WOC continúa
publicar trimestralmente. El personal viajó extensivamente, reuniéndose con partidarios de WOC y ayudándoles organizar grupos locales por todo el
país.  En unos años, interés en la organización creció.  En otros años disminuyó.  Dinero siempre era escaso.  Aumentos en interés y en números de socios solían coincidir con visitas papales a los Estados Unidos o con declaraciones públicos contra la ordenación de mujeres.

Enfrentarse con el Papa

Un punto de inflexión ocurrió en 1979 cuando el Papa Juan Pablo II vino a los Estados Unidos. Por todo el país, mujeres y hombres progresivos llevaron brazaletes de tela azul y protestaron contra el sexismo dentro de la iglesia.  Tres miembros de WOC dieron una vigilia por toda la noche en Washington, D.C. donde el Papa estuvo.  Cuando él salió temprano en la mañana, Ruch Fitzpatrick tenía su vela alta y le saludó con las palabras, “¡Ordene mujeres!” El Papa se sonrió y le negó con la cabeza su respuesta negativa.  Más tarde esa mañana en el Santuario de la Concepción Inmaculada, la hermana Theresa Kane, la presidenta de Leadership Conference of Women Religious (la Conferencia de Líderes de Congregaciones Religiosas) dio un discurso a una casa llena de mujeres religiosas en lo cual ella le recomendó al Papa (quien estaba sentado cerca) permitir que mujeres sirvan en cada ministerio de la iglesia.  Treinta y una hermanas, con sus brazaletes de tela azul, se pararon por cada charla esa mañana, agregando un testamento visual y haciendo los titulares nacionales juntas con Theresa Kane.

Aumentando el movimiento

Los miembros de WOC intentaron otras formas de activismo también.  Para 1980, estaban patrocinando talleres acerca “Destrezas en Perspectivas Femenistas” y programando retiros por el país.  La oficina de WOC se movió a Greenwich Village por un tiempo y luego regresó a Washington, D.C., y luego se movió al norte de Virginia.  Con el personal y la segunda comisión central dirigiendo la organización, WOC patrocinó la conferencia de 1984 “Ordenación Reexaminada” en St. Louis asistido por 200 mujeres llamadas a la ordenación.

A lo largo de los años, sub-grupos especializados se formaron para dedicarse a agendas dentro de la misión más grande.  Un tal grupo, RAPPORT, una
comunidad de mujeres clausuladas buscando ordenación católica tan pronto como sea posible, se hicieron cargo de la tarea de resumir diálogo directo con obispos
comprensivos.  Este grupo se formó en la conferencia de 1984 en St. Louis y empezó su trabajo en 1986.  Se formó en respuesta a la retiración del tema de ordenación femenina por otro grupo de mujeres de WOC, llamado Women-Church, fundada en 1983.

En los años de 1983 a 1992, el movimiento recién organizado de Women-Church exploraba, en una serie de conferencias, la pregunta más grande del apoderamiento de mujeres religiosas.  Esta también era una época de gran riqueza en el campo de teología feminista y erudición de las Sagradas Escrituras.  Muchas mujeres asistían programas de seminario con la expectativa de que las conclusiones razonables sacadas por los eruditos resultarían en un cambio de política por la institución.  Otras mujeres, particularmente ellas que hacían las investigaciones y que escribían eran más escépticas.  Su análisis de la naturaleza del problema era que ninguna discusión razonable movería la institución afianzada.  Women-Church, un movimiento pidiendo que mujeres crearan sus propias comunidades de adoración, nació en 1983.

Durante la mitad de los años 80, muchas mujeres de WOC se invirtieron sus energías en organizar Women-Church y en ejercer presión para lenguaje inclusiva en la liturgia y las escrituras.  Otras se fueron, frustradas, para ser ordenadas dentro de otras confesiones.

También, en esta época, los obispos empezaron a escribir una carta pastoral acerca de mujeres.  Mujeres de WOC testificaron en audiencias celebradas por la comisión de escritura de los obispos.  WOC aconsejó a la comisión que no escribieran la carta pastoral, llamándola fallada.  Éste convirtió a las mujeres, en vez del sexismo dentro de la iglesia, en el problema.

Para influir el proceso de la carta pastoral, las mujeres fueron animadas “Llevar a un obispo a desayunar,” participar en vigilias del Jueves Sagrado, y escribir cartas a los obispos y a los periódicos.  Algunas mujeres se reunieron directamente con obispos regularmente.  Esta carta pastoral no logró conseguir suficientes votos para ser aprobada en 1992, después de varias redacciones y casi diez años de esfuerzo de ellos luchando para la carta y de ellos, incluso WOC, luchando contra la carta pastoral.

Desarrollos en los 1990

Para celebrar el vigésimo aniversario de WOC, una tercera conferencia nacional se reunió en Washington, D.C. llamada “Reunión ’95: Discipulado de iguales, Compartiendo Pan/ Haciendo Justicia.” Aquí, discutieron apasionadamente la naturaleza verdadera de un ministerio sacerdotal renovado.  La conferencia tomo lugar el 10 hasta el 12 de noviembre de 1995.  Las primeras oradoras Elisabeth Schüssler Fiorenza y Diana Hayes y la teóloga Mary Hunt, aclararon que ellas creyeron que la ordenación al sistema católico resultaría en nada más que subordinación dentro un sistema patriarcal.  Ellas animaban a los participantes de la conferencia dedicarse en varios ministerios feministas en vez del sacerdocio oficial.

La consecuencia de esta conferencia resultó ser un punto de inflexión significante para el movimiento en los EEUU.  Hayes y Schüssler Fiorenza desafiaron a los participantes ver la complejidad de las fuerzas que nos oprimen—llamándola “kyriarchy,” sistemas entrelazados de dominación que incluye opresión basado en raza, clase, género y más.  Esto causó a miembros de WOC darse cuenta de que WOC necesitaba abrir el círculo, tener más aportación de varias comunidades y fuentes de sabiduría para lograr un entendimiento mejor de lo que significa un ministerio sacerdotal renovado.  Ellos decididos en continuar la lucha para la ordenación femenina dirigieron su atención a reconstruir sus solidarios y a traer su agenda a nuevos solidarios.  En el proceso de contactar a gente nueva, escuchar a las ideas nuevas y formar alianzas con otros grupos, la visión de WOC se hizo más universal, más orientada en un ministerio inclusivo.

 

La Fundación de la red de feministas jóvenes

Otro evento importante ocurrió en la reunión de 1995.  Un grupo de más de treinta mujeres jóvenes, entre las edades de diecisiete y treintaicinco, reunieron para compartir sus ideas, sus frustraciones, y sus esperanzas para WOC y la iglesia católica.  La reunión estaba llena de energía y emoción y era el predecesor de lo que convertiría en el programa de WOC ahora conocido como la red de feministas jóvenes (Young Feminist Network- YFN).

Las mujeres jóvenes en la reunión plantearon dos asuntos: querían que la ordenación de mujeres fuera más integrado en sus vidas diarias y sus comunidades de fe, y querían una fuerte presencia visible de liderazgo de mujeres jóvenes dentro del movimiento.  Otros asuntos incluyeron cómo aumentar la presencia de mujeres de color, mujeres jóvenes con hijos, y cómo o si deberían integrar amigos masculinos que apoyan el movimiento.  Algunos asuntos tenían que ver con trabajo inter-generacional: cómo mujeres jóvenes muchas veces se sienten tratadas con condescendencia por mujeres mayores, frustraciones al ser valoradas por una vaga contribución en el futuro e ira al programa político de fachada.

Las participantes pidieron un grupo dentro de WOC que les dará un espacio para su visión creativa y para dedicarse a estos asuntos.  YFN se hizo una realidad en 1996 con poco dinero y mayormente por el esfuerzo de Kerry Danner-McDonald, una personal de WOC en ese tiempo, quien coordinó la visión del programa, la planificación y la recaudación de fondos para YFN.  En los próximos años YFN creció, formó un equipo de liderazgo, y patrocinó retiros y conferencias de liderazgo para mujeres jóvenes.  Mientras que no era requisito que los miembros de YFN fueran proponentes ávidos de la ordenación femenina, muchas de las mujeres de YFN se convirtieron en partidarias entusiásticas de la agenda de WOC.  Hoy en día, muchos de los miembros de la junta directiva actual o recién de WOC fueron introducidas a WOC por YFN.  Además, el personal administrativo de WOC ha sido dirigido por mujeres en los veinte y en los treinta desde el 2003.  También, en 1996 Andrea Johnson asumió la posición de coordinadora nacional de WOC, siguiendo a Ruth Fitzpatrick quien dirigió la organización por más de una década.  En 1992, Ruth Fitzpatrick llevó un grupo de viaje a la República Checa para encontrar a Ludmila Javorova, una de las mujeres ordenadas por un sacerdote en la Iglesia Católica de Checoslovaquia Comunista clandestina.  Cinco años después, Andrea Johnson y el personal de WOC trajeron a Javorova a los Estados Unidos para reuniones privadas con grupos y amigos de WOC.  En el 2001, Miriam Therese Winter publicó Out of the Depths: The Story of Ludmila Javorova, Ordained Roman Catholic Priest (Fuera de la profundidad: la historia de Ludmila Javorova, Sacerdote Católica Ordenada).  Hay copias a disposición para comprar por la oficina de WOC.

Otro resulto importante de la determinación de aumentar el movimiento después de la conferencia de 1995 fue el esfuerzo de reunir con líderes de otros grupos de ordenación femenina por todo el mundo en el primer Sínodo Femenino Europeo en 1996 en Gmunden, Austria.  Andrea Johnson y Silvia Cancio asistieron para representar a WOC.  Silvia Cancio era la presidenta de WOC en ese momento.  La meta era formar una coalición internacional de grupos de ideas afines para traer más presión mundial para la inclusión completa de mujeres en cada clerecía ordenada de la iglesia.  Setenta y cinco mujeres asistieron la reunión organizadora.  Representativas de seis países redactaron una declaración inicial de objetivos fundamentales y una escritura de constitución.  De ahí nació Women’s Ordination Worldwide, WOW (La ordenación mundial de mujeres).  Como directora ejecutiva de WOC, Andrea Johnson sirvió como la primera coordinadora de WOW del julio de 1996 hasta el octubre de 1998.  Dentro de los seis primeros meses de su fundación, once países se hicieron participantes- dentro de un año, quince países; y dentro de dos años, 21 países de cada continente inhabitado, incluso Nueva Zelandia.

Ya llegó los tiempos del correo electrónico y con él mucho activismo se hizo posible con pocos recursos y en poco tiempo.  La primera conferencia internacional de WOW tomo lugar en Dublín, Irlanda en el julio del 2001.  Había 350 participantes, representaron 26 países.  La participación mundial demostró que mujeres católicas por todo el mundo estaban unidas en este asunto; querían la ordenación de mujeres, querían una iglesia y sacerdocio renovado y querían trabajar en conjunto con hombres.  La Hermana Joan Chittister, de la orden de San Benedicto, era la primera oradora de la conferencia.  Ella tomó nota de que sólo había 30 hombres presentes y desafió a los participantes a traer un hombre cada uno a la próxima conferencia.  Ella aclaró que una iglesia renovada con una clerecía renovada era el asunto de ambos mujeres y hombres.

 

Entrar al nuevo milenio

En el 2000, WOC celebró “WOC 2000: Si mujeres católicas fueran ordenadas hoy” en Milwaukee, Wisconsin.  Celebraron 25 años de trabajo para justicia y honoraron a las progenitoras del movimiento para la ordenación de mujeres. En la conferencia, asuntos de diversidad e inclusión subieron, con participantes que preguntaron, “¿Por qué no están más mujeres de color incluidas?”  Sheila Briggs, una erudita de estudios religiosos católicos afroamericana, dijo que la ordenación es naturalmente una práctica elitista, una que, por su definición excluye a mujeres (y a hombres) quienes no son muy educados.  Ella preguntó, “¿Cuándo empezarán a celebrar la Eucaristía los pobres?”

Dos eventos claves tomaron lugar poco después.  En Rochester, Nueva York, la iglesia Corpus Christi (ahora llamada Spiritus Christi), una parroquia ejemplar de la diócesis, decidió formar su propia comunidad católica separada de la diócesis, debido a la remoción del Padre Jim Callan en 1998 y la despedida de siete miembros del personal, incluyendo a Mary Ramerman.  Ramerman, quien fue la pastora asociada, fue despedida porque rehusó complacer con la demanda del Obispo Matthew Clark de quitar su alba y estola y de no acercarse al altar durante la misa.

El Obispo Clark fue bajo la presión de Roma porque el Vaticano tenía problema con tres prácticas queridas por los feligreses de Corpus Christi: el papel destacado de mujeres en el altar, la bendición de uniones homosexuales y la ofrenda de la comunión a ellos quienes no son católicos.  Desilusionados por las despedidas, los feligreses querían seguir adelante y dejar de luchar contra la diócesis.  En el 30 de enero de 1999, 500 feligreses reunieron y decidieron formar una comunidad de fe nueva, y la nombraron la Iglesia Spiritus Christi.  Pidieron a Mary Ramerman, al Padre Jim Callan y a Enrique Cadena ser sus líderes espirituales.  Spiritus Christi celebro sus primeras misas el 13 y 14 de febrero de 1999.  Más de 1,100 personas asistieron las misas.  Diez días después, la diócesis dec ó que los miembros de la nueva iglesia habían excomulgados a sí mismos.

Mary Ramerman fue ordenada el 17 de noviembre del 2001 por el Obispo Peter Hickman, representativos de Spiritus Christi y cleros católicos e interreligiosos por todo el mundo.  Casi 3,000 personas asistieron la ordenación, incluyendo a la directora de programas de WOC en ese tiempo, Joy Barnes.

En la primavera del 2002, Denise Donato fue ordenada una diácona.  Después de un año de preparación, ella fue ordenada una sacerdote en el 22 de febrero del 2003- también por el Obispo Peter Hickman, la comunidad de Spiritus Christi e cleros interreligiosos.  Aquí había una afirmación ejemplar de una parroquia y su fe en un sacerdocio inclusivo.

El otro evento clave fue las ordenaciones “ilícitas” de siete mujeres al sacerdocio en el Río Danubio entre Austria y Alemania el 29 de junio del 2002.  El Obispo Romulo A. Braschi de Argentina ordenó a Christine Mayr-Lumetzberger y Hermana Adelinde Theresia Roitinger (de Austria), Dra. Gisela Forster, Dra. Iris Müller, Dra. Ida Raming y Pia Brunner (de Alemania) y Dagmar Celeste (bajo el pseudónimo Angela White, de Austria y los EEUU).

Como un sacerdote joven, Braschi se separó con la jerarquía porque la jerarquía apoyaba a dictaduras.  Él hizo su ministerio independientemente, y eventualmente se casó.  Él fue consagrado un obispo en el 30 de enero de 1999 por Gerónimo José Podesta, un teólogo de liberación y un obispo católico emérito de Avellaneda.  Aunque Braschi no estaba en buen prestigio con el Vaticano, los sacramentos que él celebra todavía son válidos.

Precedentes históricos dictan que la validez de sacramentos no depende en el prestigio de sacerdotes ni de obispos.  Matrimonios, bautismos, y todos los sacramentos son válidos aunque el sacerdote u obispo no está en buen prestigio con el Vaticano.  Por eso, no importa que Braschi no estuviera en buen prestigio con el Vaticano en términos de la validez del sacramento de ordenación conferido en las siete mujeres.  El hecho es que Braschi está en la línea de sucesión apostólica y, con él, las Siete del Danubio.

El 10 de julio, el aquél entonces cardenal Joseph Ratzinger, como el líder de la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó un monitum (una advertencia canónica) que las siete mujeres ordenadas serían excomulgadas a menos que dirían que sus ordenaciones no fueran válidas y se arrepintieran para el 22 de julio, la fiesta de María Magdalena.  Cada una de las siete mujeres ordenadas en el Danubio fueron formalmente excomulgadas para enero del 2003.

WOC era una de las pocas organizaciones que hicieron su apoyo público inmediatamente para la organización que coordina estas ordenaciones, Roman Catholic Womenpriests – RCWP (Sacerdotes femeninas católicas romanas).  WOC anunció la ordenaciones en la publicación NewWomen, NewChurch y publicaron un comunicado de prensa en apoyo de las mujeres valientes.

El verano siguiente, Christine Mayr-Lumtzberger y Gisela Forster fueron ordenadas obispas en una ceremonia clandestina por tres obispos en buen prestigio con el Vaticano.  Sus nombres quedan secretos para evitar castigo severo por el Vaticano; no obstante, RCWP tiene documentación para el evento del notario y testigos presenciales.

Un año después, en el 26 de junio del 2004, seis mujeres fueron ordenadas al diaconado por Forster y Mayr-Lumetzberger en el Río Danubio, la ubicación de las primeras ordenaciones.  El próximo año en el 25 de julio del 2005, las primeras ordenaciones en América del Norte tomaron lugar en la vía marítima St. Lawrence.  Cuatro mujeres fueron ordenadas sacerdotes y cinco como diaconas por Forster, Mayr-Lumtzberger y Patricia Fresen, una mujer Sudafricana ordenada en agosto del 2003, ya obispa en enero del 2005.

Las primeras ordenaciones en los EEUU tomaron lugar en Pittsburgh, Pensilvania el 31 de julio del 2006 con Forster, Fresen e Ida Raming, una de las Siete del Danubio ordenada obispa en junio del 2006, presidiendo.  Las ordenaciones incluyeron a ocho mujeres como sacerdotes y cuatro como diaconas y recibieron cubertura sin precedentes en los medios de comunicación.  Las mujeres ordenadas y los líderes de WOC fueron citadas en la mayoría de los grandes periódicos nacionales, incluyendo el San Francisco Chronicle, el Los Angeles Times, el Washington Post, el Chicago Sun-Times, el Pittsburgh Post-Gazette, el Philadelphia Inquirer y muchos más.

Las ordenaciones de RCWP continuaron en el 2007, con la ordenación de 21 personas (diecinueve mujeres y dos hombres) en siete ceremonias de ordenación por los EEUU, en Quebec, Canadá a Santa Bárbara, California.  A partir del octubre del 2007, hay 37 personas ordenadas en el programa de RCWP en América del Norte (24 sacerdotes y 13 diaconas).  Actualmente hay más de 150 personas en el programa mundialmente, incluso ellos ya ordenados.  RCWP tiene el apoyo de más de cinco obispos europeos católicos en buen prestigio con el Vaticano quienes decidieron cruzar la frontera en este asunto.  Para más información, visita www.romancatholicwomenpriests.org

Mientras que RCWP ha ordenado al número más grande de mujeres, durante el mismo tiempo, la Comunión Católica Ecuménico, la Diócesis Católica de Un Espíritu y muchas comunidades de fe pequeñas han ordenado a mujeres como sacerdotes y diaconas también.  Estas ordenaciones han agregado una nueva dimensión al trabajo de WOC, y en respuesta al terreno cambiante del movimiento, WOC desarrolló las Tres Clerecías.

Un nuevo foco: las Tres Clerecías de WOC

En el 2003, la junta directiva de WOC lanzó las Tres Clerecías para englobar las opiniones y estrategias diferentes acerca de cómo mejor abogar por la inclusión completa de mujeres en cada clerecía ordenada de la Iglesia Católica.  Enfocaron la programación de WOC en las tres áreas de pensamiento y acción dentro del movimiento.  Dentro de las tres clerecías aún hay opiniones y estrategias diferentes, y en crear solamente tres, no queremos decir que solamente hay tres perspectivas.  Como cualquier movimiento social, necesitamos un continuo de acciones para hacer realidad nuestra visión.  Necesitamos algunas personas que son públicos en su testigo de la ordenación de mujeres para mantener atención en el asunto.  Necesitamos algunas personas para servir como ejemplos de mujeres en clerecía dentro de las estructuras católicas romanas.  Y también necesitamos personas que pueden tomar los pasos necesarios para vivir su vocación ahora.

Mientras que seguimos adelante, tenemos que mantener integridad hacia nuestras raíces y tradiciones católicas pero también tenemos que estar abiertos a las direcciones nuevas y a los horizontes aumentados del Espíritu Santo.  Esta es quizás la lucha más difícil que enfrenta el movimiento ahora.  ¿Cuáles son los elementos que mantenemos- qué es esencial a nuestra identidad católica?  A la inversa, ¿a cuáles acciones y ejemplos proféticos nos está guiando el Espíritu Santo? Ahora, tenemos que averiguar cómo mantener estas dos preguntas en tensión mientras que trabajamos juntos para responderlas.  Y no debemos silenciar uno al otro cuando surgen diferencias.  Tenemos que entablar nuestras diferencias, ser honestos uno con el otro y aprender de nuestras perspectiva variadas.  Las Tres Clerecías dan una manera para unir el movimiento para que podamos aprender de nuestras opiniones y perspectivas diferentes.  Cuando estamos unidos, estamos mejor dotados para crear la clerecía sacerdotal constantemente renovada que Jesús y sus discípulos inspiraron para nosotros.

  • La Clerecía de Irritación trabaja para cambiar la política del Vaticano para mujeres por medios de educar y crear una conciencia pública de la necesidad para la ordenación de mujeres y de cambios estructurales dentro de la iglesia.
  • La Clerecía de Caminar con Mujeres Llamadas apoya y proporciona recursos para mujeres distinguiendo si están llamados a la ordenación a una clerecía sacerdotal renovada, para mujeres que saben que están llamadas a la vocación y están percibiendo como seguir adelante, y para mujeres en un proceso de ordenación.
  • La Clerecía de Obediencia Profética promueve y apoya las clerecías de mujeres que están haciendo una diferencia positiva en la Iglesia Católica y en el mundo.

Ve aquí para más información acerca del proyecto de Las Tres Clerecías.

Sucesos del momento de la Red de Feministas Jóvenes

La misión actual de la Red de Feministas Jóvenes (YFN) es equipar y movilizar a mujeres jóvenes católicas a integrar fe con feminismo y eliminar la opresión dentro de nosotros
mismos, la sociedad y la Iglesia Católica Romana.  YFN es una comunidad nacional de mujeres feministas católicas en los años 20 y 30. Mientras que mantenemos nuestro catolicismo, YFN se esfuerza por hacer conexiones con mujeres de todas las tradiciones de fe y espiritualidades.  Las actividades de YFN enfocan en las siguientes metas:

Metas:

  • Crear una Iglesia Católica inclusiva: Trabajamos para cambiar y crear estructuras de la iglesia que son completamente inclusivas, participativas y que afirman.
  • Eliminar opresión: Trabajamos para eliminar opresión y discriminación en nosotros mismos, nuestras familias, nuestros coetáneos, nuestras comunidades y nuestra
    iglesia.
  • Promover la vida comunal de fe: Fortalecemos a mujeres jóvenes a participar en la vida comunal de fe por parroquias o grupos de compartir la fe. (community faith life)
  • Proporcionar oportunidades de liderazgo: Proporcionamos capacitación y oportunidades para jóvenes para desarrollar sus destrezas de liderazgo y de defensa profética.  
  • Animamos expresiones sanas y diversas de sexualidad: Animamos a mujeres jóvenes a usar su autoridad moral para tomar decisiones hacia su sexualidad, identidad de género, y cada aspecto de su cuerpo.

Para trabajar hacia la realización de las metas, YFN ofrece eventos nacionales, crea nuevas secciones en comunidades locales, y trabaja en colaboración con socios de WOC para planificar eventos que apoyan la ordenación de mujeres y cambios estructurales en la iglesia.

Los eventos nacionales de YFN proveen capacitación de liderazgo para jóvenes católicas.  El enero del 2006, YFN ofreció un Encuentro que estableció los fundamentos para la ola de crecimiento que YFN había visto en el 2005.  Una resulta de este Encuentro fue la formación de la nueva sección de la Red de Feministas Jóvenes en Los Ángeles.  Hasta ahora, han ofrecido discusiones separadas con dos de las teólogas feministas más celebradas del siglo pasado: Rosemary Radford Ruether y Elisabeth Schüssler Fiorenza.  Otro resulto fue la elección
de un nuevo equipo de liderazgo compuesto de seis mujeres: dos latinas, una afroamericana y tres mujeres blancas.  La dedicación de YFN a diversidad en el equipo nacional de liderazgo ha sido servicial en hacer a YFN más diverso e inclusivo.  Por ejemplo, el próximo evento nacional en Chicago el 16-17 de agosto del 2007 incluyo capacitación en diversidad e inclusión y también educación sobre los tipos diferentes de teología feminista; incluso womanist, mujerista/latina, y teologías feministas asiáticas.  También en el evento de Chicago, socios de YFN participaron en talleres interactivas sobre liderazgo, activismo en las bases, planificación estratégica y nutrición espiritual para mejor desarrollar
su plan de acción.

Creando secciones de YFN por el país ayuda promover la vida comunal de fe y desarrollar una espiritualidad feminista en la comunidad. Por ejemplo, la sección de YFN en Wahsington, DC (DC YFN), que fue reorganizada en el 2005, tiene un equipo activo de liderazgo que organiza comunidades que comparten la fe una vez por mes, eventos sociales y muestras de
protesta.  Actualmente hay más de 80 socios.  DC YFN ha demostrado que eventos interactivos y oportunidad de reflexión ayudan mantener a los socios interesados y activamente involucrados.


Una dedicación deliberada a la diversidad, inclusión y justicia racial

Dentro del contexto de nuestra misión de crear una clerecía sacerdotal renovada, la Women’s Ordination Conference no ha ignorado el tema de racismo.  El liderazgo de WOC ha iniciado formas diferentes de trabajo en diversidad racial y étnica por los treinta años de “herstory.” Sin embargo, antes del 2006, WOC no se había dirigido al racismo en una
manera sostenida, sistemático e intencional.

En el 2001, el interés en hacer trabajo de anti-opresión aumentó después del retiro de la Red de Feministas Jóvenes (Young Feminists Network- YFN) en Cuernavaca, México. Carmen Lane, Directora del Grupo Lane Leota (The Lane Leota Group), una que describe a sí una afroamericana feminista lesbiana católica, planteó el tema de la dinámica de raza, sexualidad y privilegio que desarrollaron por el evento, lo cual inició una discusión entre los participantes del retiro.  Los comentarios de Lane inspiraron a la directora y a una miembro de la junta directiva en esos tiempos Joy Barnes y Theresa Trujillo, a exigir una responsabilidad al trabajo de anti-opresión durante una presentación en el otoño del 2001 para la reunión de la junta directiva.  Como resulto de esta reunión, Barnes participó en una capacitación de antirracismo por tres fines de semana facilitada por el Leaven Center en el otoño del 2001.

En el 2003, Barnes se hizo la directora ejecutiva, siguiendo a Genevieve Chavez, y consiguió un subsidio para dos años de $5,000 de la Fundación de Clerecía de las Hermanas de
Caridad (Sisters of Charity Ministry Foundation) para ayudar dedicarse al racismo, la pobreza y el género.  El subsidio pagó para el desarrollo de una presentación acerca de cómo una clerecía sacerdotal renovada incluía una dedicación al asunto de la justicia racial, la cual Barnes presentó en la conferencia de CTA (Call to Action) en el 2004.

En el mayo del 2004, la junta directiva decidió guardar periodos en cada una de sus reuniones para discutir estrategias para hacer a WOC antirracista, diversa e inclusiva.  En el septiembre del 2004, WOC contrató a Aisha Taylor, quien ya tenía experiencia en capacitación de diversidad y cambio institucional, a ser directora de programas para desarrollar
la iniciativa de WOC de diversidad e inclusión.

Durante una discusión facilitada por Barnes y Taylor en la reunión de la junta directiva en noviembre del 2004, la junta decidió usar el término “anti-opresión” y reconocer que nuestra sociedad es un “kyriarcado,” un término Elisabeth Schüssler Fiorenza acuñó para describir la complejidad de cómo están entretejidas las opresiones.  Sin embargo, la junta decidió empezar el trabajo de anti-opresión con un foco en desmontar racismo dentro de la estructura de WOC debido a la recién renuncia de dos mujeres de color de la junta directiva, Lane y Trujillo, y el hecho de que los socios y el liderazgo de WOC ha sido predominantemente y desproporcionadamente americano-europeo por su historia completa.

En el 2005, Taylor participó en diez días completos de capacitación antirracista por el equipo antirracismo de Call To Action (Call to Action’s Anti-Racism Team- CTA ART) como una representativa de WOC, lo cual la ayudó en crear una propuesta para el plan de acción de WOC de tratar el racismo en una manera sostenida, sistemática e intencional.

En el febrero del 2006, la junta directiva de WOC aprobó el plan de acción de incorporar antirracismo, diversidad e inclusión en WOC. El plan expuso una visión y una estrategia para la iniciativa, dictó dos días completos en capacitación para la junta directiva y el personal, y aprobó la formación de un equipo antirracista.

En el mayo del 2006, la junta directiva participó en el primer día de capacitación antirracista y Taylor, como la directora ejecutiva, planificó y facilitó la capacitación.  En el mayo del 2007, la junta y el personal participó en una capacitación antirracista de un día completo con Cynthia Burton, una consultante de Jones and Associate, Inc, una
empresa consultora de diversidad y cambio organizacional.  Con dos días completos de capacitación antirracista para la junta directiva y el personal concluidos, el diseño del equipo está en desarrollo.


Personas y organizaciones claves

Al contar la historia de WOC, es importante recordar y nombrar a personas y grupos quienes han sido claves para la sobrevivencia y el éxito del movimiento para la ordenación de
mujeres por estos años.  A WOC no le han faltado sus antecedentes.  Sacó inspiración de una organización ya activa en ambos los EEUU y el Reino Unido llamado la Alianza de Santa Juana (St. Joan’s Alliance).  Fundada en 1911, la Alianza de Santa Juana trabaja hacia el sufragio femenino como la ordenación femenina, viendo los dos profundamente conectados.

Hay literalmente cientos de personas que podrían ser nombrados. ¡El movimiento es prueba viviente que requiere un pueblo!  Nombraremos unos quienes su visión, tenacidad y coraje han inspirado y empoderado a todos nosotros: Dolly Pomerleau, Bill Callahan, Ruth Fitzpatrick y Maureen Fiedler- presentes en la creación, intrépidos y portavoces fuertes contra la injusticia de la prohibición de la ordenación de mujeres.  Marjorie Tuite, OP, analista brilliante y fortalecedora de la verdad; Joan Sobala, SSJ y Marsie Silvestro, y Rosalie Muschall Reinhardt- mujeres de fe, con la lámpara prendida en tiempos oscuros; Theresa Kane, RSM, Betty Carroll, RSM, y Mary Luke Tobin, SL, mujeres dulces aún valientes quien hablaron la verdad al poder; Donna Quinn, modelo dulce de una clerecía abierta, inclusiva y alegre con un don maravilloso de humor;  los obispos Frank Murphy y Ray Lucker, miembros de la jerarquía que aceptaron ser marginados por sus coetáneos para continuar el diálogo sobre la ordenación femenina; Rosemary Radford Ruether y Elisabeth Schüssler-Fiorenza, Ada Maria Isasi Diaz, Diana Hayes, Diann Neu y Miriam Therese Winter, gran teólogas y  liturgistas feministas, pasando por el tamiz lo verdad y lo bello para fortalecer a mujeres; Kerry Danner-McDonald, creadora visionaria de la Red de Feministas Jóvenes (YFN); Ida Raming, una socio de WOC por 25 años, Iris Mueller, Christine Mayr-Lutmetzberger, Gisela Forster y
Patricia Fresen, ahora obispas y animadoras de Roman Catholic Womenpriests. Estos son solamente unos pocos entre muchos quienes han dado su tiempo, su pericia, su tesoro- de la esencia de sí mismos- incansablemente para ayudarnos seguir adelante hacia nuestra meta.


Nuestras alianzas nosh an educado para este momento

WOC entiende que ordenar a mujeres no solamente tiene que ver con justicia para mujeres; verdaderamente es un asunto de justicia para cada persona en la iglesia.  Algo clave en adelantar el asunto de un sacerdocio inclusive, un sacerdocio que modela la asociación de mujeres y de hombres en clerecía, ha sido la participación de WOc en la coalición Organizaciones Católicas para Renovación (Catholic Organizations for Renewal, COR).  En COR, WOC conoció a otras organizaciones como Corpus, Federation of Christian Ministries, Dignity, Celibacy Is the Issue, FutureChurch y otras que lucharon con estos asuntos de justicia: justicia para sacerdotes casados y sus familias; justicia para católicos
marginados; justicia para los quienes quieren preparar para clerecía pero fueron excluidos de instituciones católicos. Hemos compartido nuestras preocupaciones y nuestras aprensiones. No siempre están de acuerdo estos grupos, pero aprendieron uno del otro y a menudo hicieron sus causas comunes, particularmente en a fines de los 1990 cuando la limitación del Vaticano en cada uno de nuestros asuntos se hizo tan penosamente obvio.

Al captar nuestras ansiedades y nuestras diferencias, hemos visto el panorama general. Hemos llegado a ver que la clerecía tiene que reflejar el Pueblo de Dios.  Tiene que ser inclusiva para ser auténtica.

Obras Citadas